En una entrevista con Newsbeat de BBC Radio 1, el jefe de Instagram, Adam Mosseri, trató de abordar el problema del bullying en la plataforma.

A pesar de que su compañía estaba desesperada por evitar que los usuarios (principalmente adolescentes) sean acosados ​​en Instagram, admite que, lamentablemente, «no pueden evitar que las personas digan cosas desagradables».

Ayudado por la rápida expansión del uso de las redes sociales entre los adolescentes, Instagram se ha convertido en la aplicación de redes sociales para muchos menores de 18 años. Sin embargo, con su contenido editable y con muchos filtros, se ha convertido en un catalizador para los problemas de salud mental y, en particular, el acoso cibernético.

Ofreció un grado refrescante de honestidad cuando se trata de los desafíos a los que se enfrenta la plataforma, describiendo las críticas que recibe como «saludables» porque estas críticas los ayudarán a abordar sus debilidades.

Pero, como explicó Mosseri, «Como muchos otros problemas, el acoso escolar es más amplio que solo Instagram y creo que a veces se pasa por alto».

Su compañía tiene razón al considerar el contexto más amplio y el tema general del acoso en línea. También debe reconocer, por otro lado, que las plataformas como Instagram y Snapchat tienen una mayor responsabilidad que la mayoría para abordar el problema.

Por su parte, las marcas sí pueden comenzar a tomar cartas en el asunto. Aprovechando la polémica existente en torno al bullying en Instagram, puede ser positivo para las empresas lanzar alguna promoción relacionada con el freno al acoso en redes sociales como forma de mejorar la imagen de marca de su compañía y de fidelizar a los clientes que ya confían en sus servicios, así como de captar a otros que vean en la empresa una organización que se preocupa por cuestiones tan relevantes a nivel social como el bullying en redes sociales.

 

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