Aunque los emojis son ideales para añadir efusividad a los mensajes enviados a familiares y amigos, los estudios demuestran que podrían ser perjudiciales para la imagen de una marca.

Una nueva investigación de la empresa Pure360 demuestra que muchos consumidores en el Reino Unido no solo piensan que las marcas no deberían usar emojis, sino que en realidad podrían optar por no comprometerse con ellas debido a eso.

El estudio se basa en las cifras de YouGov, que preguntaron a 2.045 adultos del Reino Unido qué pensaban de los intentos de las marcas de imitar los tipos de conversaciones que tienen con su círculo personal.

El 77% de los encuestados dijeron que usan emojis en los mensajes a sus familiares y amigos. Sin embargo, solo el 5% dijo que sería más probable que compraran a una marca que los utiliza en su marketing digital.

El 39% pensó que las marcas que usan emojis parecen ser menos serias, y el 29% piensa que su uso realmente devalúa una marca.

 

No ayudan a generar confianza

 

Quizás sorprendentemente, son los consumidores de entre 18 y 24 años quienes se oponen más a las marcas que usan emojis. El 36% de los encuestados en este grupo de edad pensaba que el uso de emojis desvaloriza activamente una marca, en comparación con algo más de la cuarta parte de los mayores de 55 años.

El grupo de edad que menos se preocupó por el uso de emojis por parte de las marcas fue el de entre 25 y 34 años, el 48% dijo que el uso de emojis no influiría significativamente en sus decisiones de compra.

En resumen, solo el 7% de todos los encuestados pensó que los emojis hacían que una marca pareciera más humana.

Los emojis han comenzado a usarse bastante en marketing digital, pero estos estudios demuestran que probablemente este recurso no esté destinado a este ámbito. En este caso, los resultados indican que aparentar profesionalidad genera más compromiso que aparentar familiaridad y cercanía.

Esto significa, en esencia, que aunque un gran objetivo del marketing digital sea ganar la confianza del consumidor, tiende a ser contraproducente intentarlo de forma que la marca se posicione como una “amiga” más del círculo del cliente.

 

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